Efecto mariposa de ayuda en la pandemia

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Por: Angélica Íñiguez
Más allá de si el CORONAVIRUS fue creado para controlar a la humanidad o vender la vacuna –cada quien tendrá su válida teoría de la conspiración–, surge una oportunidad de observar que la separación es una ilusión, que lo que hagamos en lo personal afecta a los otros en una suerte de efecto dominó, o efecto mariposa.

En estos días hemos visto una cantidad de hechos lamentables producto de la ignorancia y el miedo, como las enfermeras agredidas con cloro en un transporte público de Guadalajara y la gente -¡ah, caray, también de Guadalajara!- yéndose a las playas a vacacionar.

Pero también hemos presenciado una cantidad de expresiones de solidaridad y compasión conmovedoras. Es el caso de dos iniciativas de aquí mismo, de Guadalajara, una de ellas es la del empresario Jorge Kirschner Puig, quien, cabe señalar, es practicante de yoga. A él se le ocurrió que podemos contribuir a que los restaurantes no quiebren e ideó un sistema de donativos en el que las personas que puedan hacen un aporte económico y las personas en mayor vulnerabilidad sean quienes reciben la comida. Pueden ser médicos, enfermeras, migrantes, niños en casas hogar o ancianos en asilos.

La idea aterrizó por primera vez en la cadena de restaurantes Verde Bendito, que generó el #ShareChallenge, en el que a través de un donativo se compromete a elaborar desayunos altamente nutritivos a precio bajo y entregarlos a médicos y personal de salud en los hospitales públicos y, por otro lado a Ministerios de amor, una casa hogar para niños que estuvieron en condición de calle, adonde se llevaron 50 desayunos el 4 de abril. Donar es muy sencillo, puedes hacerlo aquí https://www.sharechallenge.com.mx/

Otra iniciativa digna de destacar es la de Karla Sosa, que ideó una cocina comunitaria que prepara alimentos y los entrega a familias que se quedaron sin ingresos por la cuarentena. Ella argumenta que “de nada sirve donar un kilo de arroz si esa familia no tiene dinero para comprar gas en casa”. Por lo general se trata de familias sostenidas por un solo miembro, mamá o papá, y en esta primera etapa se han entregado en una colonia marginada de Tlajomulco.

La cocina comunitaria es posible gracias a las personas que donan su tiempo y su talento para preparar y a las que hacen donativos en efectivo desde 50 pesos. Además, Karla se puso en contacto con proveedores de los mercados que ofrecen precios justos y que se suman a la cadena de beneficio, pues sus ventas también se han visto mermadas por la contingencia. Si deseas sumarte a la causa de cocina comunitaria puedes hacer tus donaciones a la cuenta de BBVA 4152313441615932 a nombre de Karla Montserrat Sosa Urzúa, o contactarla vía WhatsApp al 3313584027 o por correo a km.sosaurzua@gmail.com

Lo más interesante de estas medidas ciudadanas de apoyo provisional es que se trata de ideas que se pueden replicar, de modelos motivadores que generan una verdadera comunidad cuyos miembros se ocupan los unos de los otros. Si nos sumamos a la ola, contribuimos a que los mercados y restaurantes no se vayan a la quiebra, a que la gente que se ha visto más afectada por esta crisis económica no pasa hambre, y quienes pueden donar tienen la oportunidad de compartir con los demás. Ah, y de paso canalizamos nuestra ansiedad. La enorme capacidad de los seres humanos de solidaridad y creatividad no tiene límites. 

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