Por: Iraís de Anda

Cuando hablamos de amor propio lo primero que nos viene a la mente es aceptarnos tal y como somos, amarnos con defectos y virtudes, pero ese es sólo un punto de vista como tantas otras opiniones de cómo debemos comportarnos.

Lo que nadie nos dice es que el verdadero amor propio sucede cuando precisamente, no aceptamos más esa imagen que tenemos de nosotros mismos, los patrones de comportamiento que solo han servido sólo para juzgarnos y compararnos, hasta que, conscientemente te das cuenta que necesitas cambiar desde lo más profundo de tu alma.

Comenzando el viaje hacia el autodescubrimiento, hacia la metamorfosis del ser, como un llamado que te invita a la observación, a prestarte más atención y tiempo de calidad de ti para ti, respetar tus tiempos e ir observando tu proceso mediante la meditación y prácticas de amor que van elevando tu vibración hasta convertirte en un maravilloso ser, con más alegría y menos creencias limitantes.

Con el paso del tiempo y como arte de magia, vas cayendo en cuenta que surgirán más actos de bondad hacia ti, que tomas mejores decisiones, que comienzas a mirar con los ojos cerrados hacia el ser más simbólico que habitas, que te abrazas, que perdonas y cuidas de tu niño o niña interior. Entonces, al mirarte al espejo reencuentras el rostro de inocencia y amor incondicional, donde baila la esperanza abrazada de la bondad que va resurgiendo luego de soltar todos los velos que nublaban tu mirada.

No hay fecha para iniciar tu transformación, pero siempre es un buen momento porque finalmente todos tenemos una misión de vida qué descubrir y seguir. Tal vez ese impulso al cambio sea porque deseas sanar alguna enfermedad, o superar la pérdida de algún ser querido, cada uno tiene un llamado de diferente manera hacia el verdadero despertar espiritual, hacia el amor, hacia la confianza en la luz.

¿Qué se puede hacer para fortalecer el amor propio?

1. Permanece en atención a ti mismo o en ti misma. Observa qué sientes, qué piensas y deseas, esto ayuda a saber quién eres y cuánto vales.
2. Hacer más de eso que te hace sentir feliz. Cuando realizas actividades que realmente disfrutas y amas, nutres tu alma y
   corazón.
3. Mantén hábitos saludables. Dedica tiempo de calidad para cuidar de tu salud en cuerpo y espíritu, alimentándote adecuadamente, haciendo ejercicio físico y meditación.
4. Perdónate. Fortalece tu amor propio, aprendiendo de los errores, aceptando tu humanidad y perdonándote por errores del pasado.
5. Rodéate de personas que sumen a tu vida. Recuerda la frase del empresario estadounidense Jim Rohn: “Eres el promedio de las cinco personas que te rodean.” Las personas con las que nos relacionamos tienen un impacto significativo en nuestra vida en forma de pensar, sentir y comportarnos. Procura estar con aquellos que le añaden valor y felicidad a tu existencia.