MÉTODO ROLF La respuesta está en lo profundo

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El dolor constante o intermitente proviene de un sector del cuerpo que está conectado a través del tejido miofascial. Suena complicado y lo es, como la complejidad que cada persona tiene en su vida, pero la inteligencia humana no depara en descubrir la profundidad de nuestra constitución.

En los años 50 en Estados Unidos una mujer, la doctora Ida Rolf, fue pionera en estudiar la fascia, que es parte del tejido conectivo, como lo son los ligamentos y los tendones, pero éste recubre músculos, huesos y hasta órganos manteniéndolos unidos.

Ella tenía un postgrado en bioquímica, y estudió yoga, osteopatía, ingeniería, naturismo y misticismo (era seguidora de Gurdjieff, místico armenio que desarrolló la doctrina del Cuarto Camino).

Conjuntando todos sus conocimientos, creó un sistema capaz de mejorar la postura, alinear la columna vertebral, corregir el pie plano, acomodar la cadera, aliviar dolores musculares y brindar mayor energía al cuerpo. Lo llamó Integración Estructural, ahora también conocido como Rolfing o Método Rolf.

Sin embargo, no se trataba de una simple técnica de fisio- terapia, iba mucho más allá, pues los intereses de Ida abarcaban el desarrollo evolutivo del hombre. El Método de Ida Rolf nació al mismo tiempo que surgieron diversas corrientes de psicología transpersonal.

Quienes han tomado esta terapia aseguran que desde la primera sesión sintieron que una parte de su cuerpo revivió, una extremidad que no se habían dado cuenta que estaba como inutilizada, o que se quitaron mágicamente un dolor que no habían percibido tan grave y que podría deberse a un giro equivocado de una vértebra. Todo esto debido al estrés, o a una mala postura.

Ida desarrolló un programa de realineamiento al cual nombro “La Receta” que consta de 10 sesiones para organizar los diferentes segmentos del cuerpo sobre su eje vertical. El paciente puede estar recostado, sentado o de pie, y el terapeuta aplica manipulaciones suaves, firmes y precisas, movilizando la fascia, definiendo capas entre sí, alargando y flexibilizando esta red de conexión que se extiende por todo el cuerpo recubriendo músculos, huesos y órganos, estabilizando las articulaciones y dando integridad a toda la estructura.

Después, el paciente realizará movimientos guiados para desarrollar propiocepción e intercepción, que lo ayudarán a mejorar patrones de tensión y a fomentar nuevas maneras de moverse al realizar sus actividades cotidianas y el deporte que practique. No hay uso de ningún aparato, es solo la habilidad manual basada en el entrenamiento del terapeuta y es apto para adultos y niños.

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