¿Muchas opciones? Una sola respuesta

Fecha

En un mundo de abundantes alternativas, cuestionar las creencias ayuda a tomar el camino del corazón
por: Susanne Blumenstein

Una vez, mi papá me dijo que yo tenía muchas más opciones ahora de las que él pudo tener a mi edad y eso le ponía algo celoso. No supe qué decir, porque en ese momento sentí que el mundo hoy me ofrecía más perjuicios que beneficios. Cuando tuve que decidir qué estudiar, me vi inmersa entre cientos de opciones que primero me paralizaron. Luego por meses mis pensamientos giraron en espiral sin dejarme dormir bien y me sentía estresada todo el tiempo. Me preguntaba si debería hacer alguna otra cosa como tener mi propio negocio, hacer un internado o viajar. Al poco tiempo estaba completamente perdida e inhabilitada para manejar tanta abun-
dancia de opciones. Hasta que me di cuenta de que no encontraría fuera de mí la respuesta que tanto me angustiaba porque ya estaba en mi corazón y en mi mente, solo tenía que escucharme.
Encontré algunas claves que me dieron un acercamiento distinto respecto a la vida, a vivir aventuras y viajar en un mundo lleno de decisiones por tomar.
Desde ese momento me sentí contenta y llegó a mí esta frase de Buda: “todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado. La mente lo es todo. Nos convertimos en lo que pensamos”.
De ahí pude desplegar una grata experiencia en tres pasos:

1. Mira tus creencias con amor, sin juzgar

Fue crucial para mí darle una mirada amorosa a la presión que sentía ante la toma de una decisión fundamental para mi vida.

El primer paso es ser consiente. Mientras meditada descubrí que en el fondo tenía una creencia de que las decisiones no se pueden modificar y que si comenzaba algo tendría que acabarlo, si no sería un ¡horrible fracaso!

2. Las creencias no son verdades y se modifican

Pero ¿qué tal si eso no fuera verdad? Lo mejor de creer algo es que solo es eso, una creencia, no la verdad absoluta. Más bien, nos lo repetimos tanto que se convierte en nuestra verdad. Pero una vez que cuestionas tus rituales e intentas reemplazarlos por otros, estarás cambiando.
(Al comenzar a cuestionar será más fácil descubrir otras creen-
cias ¿te atreves?).


3. Déjalas ir: pon a prueba amorosamente en lo que crees

Cuando me puse a pensar en cuántas decisiones o situaciones son realmente inamovibles, no encontré tantas, incluso aquellas que parecen imposibles de modificar, como una ruptura. Lo que cambió fue mi manera de verlo. Pude ser más agradecida por el tiempo que pasamos juntos o dejé de estar enojada con quien me cortó. Me sentí más tranquila al soltar el enojo y me di cuenta de que todo está en mis manos. Me pregunté si realmente fallaría al dejar de esforzarme por terminar algo que comencé. En realidad, descubrí que sentía más éxito al actuar desde el amor a mí misma. Al ir cambiando mi manera de pensar, mis decisiones naturalmente cambiaban conmigo y cuando mantenía algo que ya no me funcionaba, lo único que hacía era darle golpes al amor por mí misma.

La libertad viene con pensamientos nuevos, la libertad es algo que uno mismo crea. Al final, elegir estudiar psicología y a mitad viajé al extranjero porque me dieron ganas de hacerlo. Viajé, comencé y renuncié a varios trabajos, lo cual fue algo mágico para mí. Las creencias son extremadamente poderosas, pero una vez que las reconoces y las cuestionas, puedes usar ese poder a tu favor o en tu contra ¿qué eliges?

Te puede
interesar

es_MX