Alimentarnos para sanar en la pandemia

Fecha

Retoma el rumbo del buen comer

Por: Daniela Rábago
Para el ser humano, la certidumbre es algo primordial, nos aterra lo desconocido y nos aterra aún más no saber cómo avanzar. 

Esta pandemia ha tocado las fibras más sensibles del humano: la salud y la economía. Detonando así, miedos muy profundos en todos nosotros. Nos ha forzado a vencer estos miedos para lograr salir adelante. Muchas personas han entrado en pánico, otras han logrado mantenerse tranquilas, pero a todos nos ha forzado a entrar en lugares totalmente desconocidos y a vivir quizá una de las etapas más difíciles de nuestra historia. 

Soy fiel creyente de que todo pasa por algo, en este caso, creo que como sociedad necesitábamos despertar, quitarnos la venda de los ojos y ver nuestra realidad desde una perspectiva de cambio inminente y de cambio colectivo. 

Permitimos que las prisas, el trabajo y las exigencias tomaran el control de nuestra vida. Y nos habíamos acostumbrado a este ritmo demasiado acelerado. Comiendo comida chatarra, lo que encontramos a la pasada, lo que sea que tome menos tiempo para poder continuar nuestro ajetreado día. Y me parece que podemos tomar esta pausa forzada para un enorme beneficio a nuestra salud. 

Si eres de esas personas que siempre dice que no tiene tiempo para cocinar, este es el mejor momento para retomar tan preciado placer que es el convivir con amor en la cocina. Retomar ese preciado espacio, disfrutar la preparación y creación de nuestros alimentos. No solamente se trata de meternos a la cocina, se trata de retomar un amor por lo que es lo más básico del humano: comer. 

Para muchas personas el comer puede ser simplemente algo que se debe hacer para sobrevivir, sin embargo, el alimento es mucho más que eso. El alimento es lo que nos nutre, lo que nos da fuerza y vida. Me da tristeza ver que hemos hecho de este placer tan maravilloso algo tan complejo y tan controversial. Pasamos de una dieta a otra, de una tendencia a otra, juzgando cada ingrediente y cada alimento solo por tener el enfoque en el objetivo y no en el camino. Este objetivo para muchos, puede ser el bajar de peso como una fuerte obsesión, o una búsqueda de salud que a veces simplemente está en dejarnos disfrutar. 

No busco criticar tendencias alimenticias ni mucho menos, busco retomar el placer de algo tan básico y esencial como alimentarnos y nutrirnos. Es muy difícil dar un plan alimenticio ideal o perfecto porque como humanos somos seres imperfectos, no existe esa perfección que tanto buscamos en todo lo que hacemos. Así, nuestra alimentación tampoco será perfecta, por eso mismo, busquemos una alimentación balanceada, algo que nos nutra y nos ayude a entrar en este balance. Yo misma he pasado de tendencia en tendencia y por eso lo expongo, porque sé lo difícil que puede volverse el querer tener una alimentación perfecta. La conclusión es que no existe. Además somos seres que vamos evolucionando, cambiando, y de la misma manera cambia nuestra energía, metabolismo y debe cambiar nuestra forma de alimentarnos. No podemos comer lo mismo que comíamos de niños, nuestro metabolismo no es el mismo. No podemos pretender que siempre nos va a gustar o vamos a necesitar lo mismo. Por eso esta parte de conocernos, de experimentar y de ver qué nos hace sentir bien en cada etapa diferente de la vida es tan maravillosa, es una manera más de conocernos a nosotros mismos.

Me ha motivado inmensamente compartir mis experiencias de vida con personas que, como yo, van conociendo y explorando su propio camino hacia su salud. Es sabido que necesitamos diferentes alimentos, diferentes pensamientos y diferentes experiencias, y esto nos hace únicos. Esto me parece divino, encontrar la belleza en cada persona, en cada manera de vivir, en cada manera de pensar, y encontrar nuestro camino hacia la salud a nuestra propia manera. Sin embargo, aunque lo sabemos, no siempre lo aplicamos. Vamos con personas que nos tratan como a los demás, nos dan dietas bajo un mismo patrón y médicos que nos recetan lo mismo a todos. Y, así, esperamos sentirnos bien. 

Hace poco, platicaba con un amigo mi experiencia de haber ido en mi vida a extremos para lograr encontrar un balance. Muchas personas lo hacemos y nos funciona mientras mantengamos la salud como objetivo y me parece interesante intentarlo también, nadie nace con un manual de cómo vivir, cómo comer, cómo sentirse y cómo crecer. Así es como nos conocemos; cometiendo errores que nos hacen crecer. Y al final, el error solo es una palabra que se la da a un hecho que nosotros calificamos como tal, pero se vuelve un amigo, un error nos encamina a lo que buscamos, nos enseña, nos hace más fuertes. 

No busco promover los extremos, quiero aclarar, busco promover el autoconocimiento. Si mantenemos nuestra intención de estar sanos, buscaremos escuchar nuestro corazón para no caer en adicciones, ni patrones anormales de alimentarnos, sino buscar la salud. Si notamos que alguna tendencia alimenticia no nos sienta bien, nos hace sentir cansados, o desmotivados, tomemos eso como una señal de que algo no está bien y sigamos nuestro camino de exploración y de conocimiento intentando comer de manera diferente hasta sentirnos lo más humanos, energéticos, alegres, y vivos posible. 

He tenido diferentes etapas marcadas por extremos que me han llevado a abrir mi perspectiva de aceptación, de entrega y sobre todo de amor. No busco catalogarme como consejera, o nutricionista sino como alguien que ha vivido bien su vida y quiere compartirla. He ido de ser carnívora a vegetariana a vegana,  y ahora… a nada, a comer de todo, a disfrutar y permitirme ese placer para nutrirme no solamente por los alimentos que consumo sino por las emociones que estos me aportan. A darme cuenta que la vida no son etiquetas, que la vida se vive, se agradece y se comparte. 

Inicio cada día motivada a vivir nuevos aprendizajes, nuevas experiencias. He visto que la base de toda la salud radica en uno mismo. En entregarnos a nuestra sabiduría interna y a lo que nuestro cuerpo nos pide. Cada cuerpo es único, cada etapa de la vida también es única y maravillosa. De esta misma manera los alimentos no son solo alimentos, son energía, que nos fortalece y nos bendice en cada bocado. Si seleccionamos alimentos lo más natural y lo menos procesados posible, y los prepararnos con amor estaremos en el camino indicado para nutrirnos y balancearnos. Busquemos comer de todo un poco- granos enteros, proteína animal (orgánica o lo menos procesada posible), grasas buenas, semillas. Lo único que puedo atreverme a decir que debemos evitar comer es comida altamente procesada y chatarra, y azúcar altamente refinada. Todo lo demás en moderación podemos disfrutarlo y saborearlo con gusto.

Busco compartir una experiencia de expansión, algo que sabias personas me trataban de compartir, pero en su momento no lograba entenderlo. Nuestro ser es perfecto tal como es, y busca constantemente la salud, el bienestar, la felicidad. Depende de lo que ingiramos, tanto a nivel físico como espiritual, será la calidad de vida que tendremos. Nuestra energía radica en estos alimentos físicos y emocionales que nos crean y nos dan vida. Cuidemos nuestra mente tanto como nuestro cuerpo y la salud vendrá de la mano. 

Hoy en día hay cantidad de información que nos satura y nos lleva de un lado a otro tomando decisiones sobre qué comer y cómo comerlo, no veo nada de malo en ello, me parece increíble conocer de todo y sobre todo probarlo. Creo que al final radica en eso, en intentar y escucharnos, sentirnos. No obligarnos a percibir un alimento de la misma manera en que alguien más lo percibe. Ni confundirnos con la mera información, démonos la oportunidad de probar, experimentar, sentir, para así, nutrirnos de una manera holística. 

Constantemente me preguntan que creer con tanta información y tantas teorías, siempre contesto que la mejor manera es probar, puede ser que al principio no sintamos porque no tenemos la experiencia en poner esa atención, pero poco a poco se vuelve más fácil, como meditar.  Come algo, y siente tu digestión, tu energía, tu persona, solo observa. Y ahí adentro está tu sabiduría interna para guiarte a tomar las mejores decisiones para ti. Tomemos la decisión de ser lo más importante para nosotros, de darnos ese valor y ese amor desde la cocina con más diversión, más creatividad, y sobre todo, más placer.

Prepara tus Esferas energéticas en familia

Ingredientes:
1 plátano
¾ taza de dátiles remojados (puedes cambiar la fruta seca por pasas, chabacanos, manzana, arándanos, etc.)
½ taza amaranto inflado
1 taza nuez de castilla (se puede cambiar por nuez pecana, semillas girasol, macadamias, nuez de la india, etc.)
¼ taza ajonjolí molido
2 cdtas. Canela
2 cdas. Espirulina en polvo
½ cdta. Nuez moscada
½ cdta. Vanilla natural
1 pizca sal marina

Decoración- coco rallado sin azúcar, trozos de cacao, cocoa en polvo, amaranto inflado, nuez en trozos, etc.

Procesar todos los ingredientes, quitando el agua de los dátiles (se puede utilizar para endulzar agua fresca o un té, para no desperdiciarla). Poner la mezcla en un bol y trabajar la mezcla con las manos para formar esferas. Poner los ingredientes de la decoración en platos y cubrir cada esfera con el ingrediente que deseemos. Se pueden guardar en el refri o hasta se pueden congelar y disfrutar congeladas!

Daniela Rábago

Fundadora de Mangala (2011), una empresa de comida sana y deliciosa que fue el resultado de su búsqueda por una alimentación adecuada que le devolviera la salud. Es deportista desde los seis años y se ha dedicado a la práctica y docencia de la yoga y artes marciales. Estudió Diseño Integral en el Iteso y es creadora del foro de expresión para mujeres artistas FemaleSessions.
IG @danyrg_thegirl
FB @daniela rabago

Te puede
interesar

es_MX